Queridos compañeros, queridas compañeras.
Os escribo con la intención de transmitiros mis mejores deseos para este año que ahora entra. Al mismo tiempo, aprovechando la ocasión me gustaría compartir algunas reflexiones que espero sean oportunas y útiles para el año 2017. Durante este año 2016 ha tenido lugar la sexta convocatoria electoral en apenas dos años, un reflejo más de la enorme volatilidad e inestabilidad política por la que atraviesa nuestro país. Afortunadamente, en este tiempo hemos conseguido dos objetivos estratégicos. Por una parte, hemos asegurado la supervivencia de la izquierda organizada en nuestro país en un momento de implosión del sistema de partidos. Esta no era tarea fácil, y en juego estaba la desaparición de la única organización de izquierdas con tradición marxista en nuestro país. Gracias al esfuerzo de nuestra lúcida militancia hemos logrado evitar ese escenario. Por otra parte, hemos logrado también iniciar un proceso de unidad electoral que hasta el momento nos ha permitido participar en gobiernos municipales y en un espacio electoral estatal que representa en torno a uno de cada cuatro votantes. Esto es tanto una anomalía histórica en nuestro país, pues nunca un espacio a la izquierda del PSOE había cosechado tanta simpatía, como una anomalía europea, pues somos de los pocos países en los que la crisis no está evolucionando pareja a un crecimiento de la extrema derecha.