1.- Ante los retos de Europa y el mundo
La desregulación y la desigualdad generaron la crisis
y aumentan con ella. La crisis es global a causa de un sistema injusto de
explotación de las personas y de unos países por otros. Salvo la propia defensa
y las luchas de liberación de los pueblos, las guerras son económicas y nuestro
compromiso será efectivo contra cualquier guerra. Promoveremos la solidaridad
porque la competencia está llevando a una peligrosa degradación del medio
natural, sus consecuencias amenazan la vida y tienen ya graves repercusiones
económicas.
En Europa, es necesario revertir el control de las oligarquías,
fundamentalmente financieras, que han asignado a nuestro pueblo un papel
subsidiario de servicios y mano de obra barata. Lucharemos junto con otras
fuerzas populares de Europa por otra organización política y económica que
supere el abatimiento provocado por el tsunami neoliberal que desde hace ya
demasiado tiempo venimos soportando la ciudadanía de la Unión Europea, y que
desde el Tratado de Maastricht, está acabando con los ideales originarios de la
construcción europea.
La moneda única no puede ser rehén de los intereses
privados e incontrolados. No se aceptarán chantajes de instituciones no
democráticas a nuestras decisiones soberanas. Nuestro gobierno rechazará el
TTIP, y promoverá la Tasa sobre las Transacciones Financieras, las medidas concretas
contra los paraísos fiscales y el Tribunal Penal Internacional.