Nuestro país atraviesa una grave crisis social y política. Esta crisis está golpeando duramente a nuestras familias trabajadoras, y nos ha expulsado al desempleo, a la precariedad o a la pobreza. O peor aún, a todos esos estadios juntos. Cuando un 29,2 % de la población española está en riego de exclusión, la situación es, sin duda alguna, de emergencia social.
Las víctimas del capitalismo y de sus crisis debemos organizarnos y trabajar conjuntamente para construir una alternativa social y política. Para construir un nuevo país en el que estén garantizados los derechos humanos. Un nuevo país en el que a nadie le falten los recursos y servicios básicos con los que desarrollar una vida en dignidad: trabajo, vivienda, energía, sanidad, educación… desde una decidida defensa de lo público, de lo que es de todas y de todos. Estamos convencidos de que muchas de las privaciones actuales podrán resolverse con una mejor redistribución de la riqueza, con justicia social, con una gestión adecuada de la economía. Ese es nuestro propósito en este momento histórico.
Durante las últimas décadas el bipartidismo ha consolidado en nuestro país un sistema económico y político que permite, tolera y promueve la corrupción. Tanto la corrupción ilegal, de los sobres y las “mordidas”, como la corrupción legal, de las privatizaciones y las amnistías fiscales. Corruptores y corruptos han generado la indignación y la rabia de la población, puesto que hemos vivido bajo el reino del expolio y el saqueo legalizado. Algo que durante la crisis se ha agudizado, con la socialización de las pérdidas y la privatización de las ganancias. Una estafa generalizada que se ha ejecutado en nombre del sistema, pero contra la mayoría social. Ese sistema es el que está hoy en crisis, agotado y consumido por sus propios vicios. Y con él ha entrado en crisis también el propio bipartidismo y el sistema de partidos emanado de la constitución de 1978.
Por eso hacemos un llamamiento a construir un nuevo sistema político y económico, a poner en marcha un proceso constituyente, que recoja los valores federalistas y republicanos. Necesitamos nuevas instituciones económicas y políticas que protejan a las clases populares y a la mayoría social trabajadora, y que sancione con la dureza debida los comportamientos corruptos vengan de donde vengan, que defienda nuestros derechos y libertades frente a los abusos del poder. Apostamos por un nuevo país construido desde abajo, por la gente que tiene que ofrecer su mano de obra para poder sobrevivir y que ahora enfrenta retos que sólo podremos abordar colectivamente.
No queremos reformas de chapa y pintura, ni cambios aparentes que sólo servirán para consolidar un sistema que expande masivamente la explotación sobre los seres humanos y el planeta. No queremos pactos que aparentan proponer cambios pero que en realidad suponen más de lo mismo, esto es, reformas para recortar en sanidad, en educación, en pensiones y en nuestros salarios. No queremos una restauración del sistema, sino un nuevo sistema.
Somos conscientes de que necesitamos sumar a mucha más gente, hacer que los que sufrimos la crisis tomemos conciencia de que hay una alternativa, una alternativa de vida. Por eso queremos hacer un llamamiento a volcar nuestra actividad en los conflictos sociales que emergen en todas partes y que expresan las contradicciones de este sistema, pero también sus soluciones. Queremos estar con nuestra gente, con nuestra clase, que es la que lucha cuando se producen despidos colectivos, desahucios, cuando se destroza el medio ambiente o cuando se extiende la pobreza. Tenemos que llegar a todos los territorios, a todos los barrios, para cohesionar a la gente que busca una alternativa social y política. Y no olvidarnos de los cientos de miles que han tenido que irse fuera a buscarse un futuro que su país hoy les niega.
Vamos a ser una organización que ayude a construir tejidos sociales, que sea en sí misma una nueva forma de entender la vida política y social, una organización de solidaridad y redes de colaboración y compromiso. No vamos a ser una organización exclusivamente volcada en el ámbito electoral, puesto que entendemos que los resultados electorales son la última expresión de una toma de conciencia que, sobre todo, se genera en la práctica política. Una organización que en su práctica y sus métodos esté describiendo también el nuevo país que queremos, laico y feminista, plural y democrático. Un país que viva en paz y la defienda.
Somos conscientes también de que no podremos alcanzar nuestros objetivos si trabajamos en solitario. Por eso apostamos por construir con otros y otras, con todas aquellas personas y organizaciones comprometidas con la transformación social y con la defensa de los derechos humanos. Con todas aquellas personas que quieran, como nosotros y nosotras, continuar el hilo rojo de la historia que nos ha permitido alcanzar conquistas en forma de derechos sociales y políticos. Nuestro país necesita una oportunidad y ésta sólo podrá aprovecharse si trabajamos conjuntamente, si sumamos nuestras fuerzas y energías, en nuestro país y en Europa.
Pero la confluencia no es sólo de carácter electoral. Más al contrario, la expresión electoral es también la última de todas. Antes que eso seguiremos trabajando conjuntamente en las calles y en las luchas, esto es, en las manifestaciones, concentraciones, huelgas… porque es allí, en esas causas concretas, donde logramos nuestras victorias y donde conseguimos mejorar la vida de nuestra gente.
Este es un llamamiento a todas las personas comprometidas con un nuevo país de justicia social, de feminismo, ecologismo y que haga cumplir los derechos humanos. Un país para las clases populares, para la clase trabajadora. Peleamos por la vida, por eso necesitamos trabajar en la construcción de un nuevo movimiento político y social que ataje la emergencia social y que siente las bases de una nueva sociedad, a la que algunos llamamos socialismo.
Vivimos en nuestro país un momento histórico, una oportunidad para que dejen de gobernar España y nuestras vidas los que nos han estado robando, saqueando y recortando derechos durante los últimos 40 años. Vamos a cambiar este país, y lo haremos desde la lógica democrática de trabajar codo con codo con todos aquellos y aquellas que saben que puede ser diferente. Tenemos los conocimientos y la voluntad para acabar con las políticas de austeridad, y para situar a nuestro país en la senda de un desarrollo justo, sostenible y solidario. En una senda de libertad.