La comisaria de comercio Cecilia Malmostrom califica de éxito la reunión del Consejo a pesar de las evidentes disputas entre los parlamentos nacionales y la oposición creciente de la ciudadanía a estos tratados.
El CETA hecho público en febrero de 2016 es una réplica de lo que pretende ser el TTIP como hemos podido verificar tras las filtraciones de Greenpeace Holanda. Por eso desde la Campaña No al TTIP consideramos que el CETA es la puerta trasera del TTIP y exigimos la inmediata suspensión de la firma del mismo.
Los ministros de Asuntos Exteriores y de Comercio se reunieron hoy en el Consejo de la Unión Europea para tratar, entre otros puntos, el estado de las negociaciones del TTIP (Transatlantic Trade and Investment Partnership) con EEUU y los pasos a seguir en la firma e implementación provisional del CETA, el acuerdo comercial entre la UE y Canadá, prevista para Octubre en ocasión de la cumbre UE-Canadá.
Sigue abierto el debate sobre el carácter mixto o no del tratado, lo cual requeriría la aprobación en los Parlamentos nacionales y regionales de los 28 estados miembros. La Comisión Europea enviará una propuesta al Consejo en el mes de junio y este tendrá que volver a pronunciarse.
El eventual carácter mixto del acuerdo podría poner en peligro la supervivencia del mismo ya que técnicamente, si un país no apoya la firma del CETA esto resultaría suficiente para bloquear el proceso.
Sin embargo las posiciones de aquellos que ya se han pronunciado en contra siguen siendo insuficientes para lograr bloquear la agenda oculta de la Comisión Europea y de los grandes grupos corporativos.
Hasta la fecha no hay unanimidad en el Consejo. Bélgica tendrá que oponerse en consecuencia del veto vinculante por parte de la Región Valona; Rumanía ha anunciado también su oposición, postura que podría ser respaldada por Bulgaria. Asimismo, Grecia y Austria se han posicionado en contra del tratado, mientras que el Parlamento holandés exige ser consultado antes de que se tome cualquier decisión sobre la implementación provisional del acuerdo, ya que es muy probable que su firma deba ser sometida a referéndum.
La certeza es que más allá del carácter mixto, la implementación provisional del tratado excluiría a los parlamentos nacionales en su aprobación y les obligaría en ejecución.
¿Qué significa la aplicación provisional del CETA?
Una eventual implementación provisional del acuerdo no requeriría del voto unánime del Consejo, un ataque a la democracia. Es la ejecución del CETA sin necesidad de preguntar a los parlamentos nacionales y menos aún al conjunto de la ciudadanía.
Esta puesta en marcha provisional del CETA supondría la aplicación de gran parte de su articulado, y abriría las puertas a las demandas de los inversores extranjeros contra los Estados, a través del ICS, cuando éstos vieran perjudicadas sus expectativas de beneficios.
El CETA, podría ser considerado el caballo de Troya del TTIP pues reduciría aún más si cabe los servicios públicos, así como la protección laboral, social, ambiental o cultural, reforzando las políticas de austeridad promovidas por la Comisión Europea. Todo este proceso representaría el último clavo para sellar el ataúd en el que quedarían enterrados los sueños de una Europa social y democrática.
El CETA, como el TTIP, impondrá un órgano de cooperación reguladora, que en la práctica se convertirá en un mecanismo fiscalizador de los procesos de preparación y aprobación de normativas por parte de la UE, tanto a nivel central de la Comisión, como de los Estados miembros, arrebatándoles de este modo su soberanía.
A pesar de todo, el Gobierno en funciones de Mariano Rajoy aboga por la entrada en vigor lo antes posible de estos tratados, sin consultar ni informar al Congreso de los Diputados, como representante del pueblo español.
Desde la Campaña NoalTTIP, CETA, TiSA denunciamos la falta de transparencia en relación a las posiciones asumidas por los ministros en el Consejo, así como la peligrosidad de la aplicación provisional del CETA, antes de su ratificación por el Parlamento Europeo y por los parlamentos nacionales. El Consejo de la Unión Europea es especialmente opaco, ya que la ciudadanía no tiene ni por qué ser informada de las posiciones que adoptan sus ministros dentro del mismo. Es vergonzoso que como ciudadanos ni siquiera podamos saber qué es lo que los representantes de nuestros países están aprobando en nuestro nombre. Esto debería ser información pública para todas.
Exigimos la garantía de que prevalezcan tanto los tratados y convenios internacionales de derechos humanos, económicos, políticos y sociales de los ciudadanos, como los acuerdos suscritos en defensa del medio ambiente y contra el cambio climático, sobre cualquier tipo de tratado de comercio e inversiones que suscriba la UE o hayan suscrito con anterioridad.