Memoria 2015. Médicos sin fronteras. Resumen del año

Información que nos llega y hacemos extensible
https://memoria.msf.es/2015/?utm_campaign=2039124&utm_content=16200114393&utm_medium=email&utm_source=EmailvisionQueremos presentarte nuestra Memoria 2015, un completo repaso a la labor que realizamos el año pasado gracias a tu apoyo. Además, hemos preparado un vídeo resumen para que puedas ver todo lo que hemos hecho, en tan solo cuatro minutos.



2015 nos puso, una vez más, a prueba: hubo más crisis y más graves. Atendimos a víctimas de conflictos armados y desplazamientos, de enfermedades endémicas y epidémicas, de desastres naturales.... Los conflictos en Siria, Afganistán, Yemen, República Centroafricana o Sudán del Sur empeoraron, y generaron enorme sufrimiento en millones de personas. 
Estas y otras crisis nos obligaron a incrementar nuestras actividades y a reforzar nuestra respuesta a emergencias. Y seguimos innovando para llegar más lejos y llegar mejor.
En la Memoria 2015 podrás encontrar toda la información relativa a nuestros proyectos, consultar los datos financieros, y ver la fotogalería que hemos preparado para ti: este trabajo no habría sido posible sin tu ayuda y nos enorgullece compartirlo contigo.

Resumen del año


Obstinados con la acción humanitaria

Por Joan Tubau,
director general de MSF España


Muchas gracias por seguir a nuestro lado


2015 Estuvo marcado por la violencia extrema e indiscriminada contra la población civil, que provocó un sufrimiento indescriptible a millones de personas. Hubo más crisis y fueron más graves, y sin embargo no se les dio una respuesta política adecuada. En concreto, Europa mostró gran desdén por la crisis de refugiados y también quedó patente el creciente menosprecio del marco legal que da amparo a la ayuda humanitaria; el ejemplo más extremo fue el bombardeo del hospital de Médicos Sin Fronteras en Kunduz (Afganistán) el 3 de octubre.

El bombardeo, perpetrado con precisión quirúrgica por la Fuerza Aérea estadounidense, causó 42 muertos y demostró que ni siquiera los Ejércitos regulares con cadenas de mando establecidas respetan las reglas de la guerra. Pero lejos de ser un hecho aislado, los ataques a la misión médica llevan camino de convertirse en epidemia. En Yemen, el 2 diciembre, un bombardeo de la coalición liderada por Arabia Saudí contra un hospital de campaña de MSF en Taiz causó nueve heridos. Y en Siria, los bombardeos y ataques al personal médico fueron una constante durante todo el año.
 

En 2015 hicimos algo que nunca antes habíamos hecho: rescatar a gente en el mar. Mediterráneo © Francesco Zizola
La destrucción de estructuras sanitarias no es solo una agresión directa contra los fundamentos sobre los que se asienta la acción humanitaria: tiene también repercusiones directas para cientos de miles de personas que se quedan sin posibilidad de recibir atención médica vital en momentos críticos de sus vidas, a menudo en el frente de guerra, cuando más la necesitan.

Nuestros equipos en el terreno han visto cómo se recrudecían los conflictos de Siria, Irak y Sudán del Sur, a los que han venido a añadirse la guerra en Yemen y la crisis provocada por Boko Haram en la región del lago Chad. La violencia indiscriminada y el uso de la fuerza aérea sobre zonas densamente pobladas han provocado un aumento exponencial de víctimas entre la población civil y un desplazamiento sin precedentes de personas que huyen de la violencia.

Y justo ahora que las crisis se multiplican y agravan, el sistema internacional de ayuda humanitaria se ha mostrado incapaz de proveer asistencia a las poblaciones más vulnerables: por una parte, la inseguridad extrema disuade a muchas organizaciones de llevar la asistencia allí donde más se necesita, pero es obvio que otra razón es que estas crisis no están entre las prioridades de los Gobiernos que financian tal sistema.

Siria es el mejor exponente de este desinterés político por abordar las consecuencias de las crisis; en una espiral de violencia sin fin, el conflicto sigue provocando la huida de millones de refugiados, que se han encontrado ante las puertas cerradas de una Europa que opta por la externalización de sus fronteras.

Así, el Mediterráneo se está convirtiendo en una fosa común para las personas que huyen de la guerra, la enfermedad y la persecución. Europa ha fracasado estrepitosamente a la hora de asumir su responsabilidad moral, ignorando los compromisos adquiridos al ratificar las convenciones y tratados que reconocen el derecho de refugio y asilo. Los acuerdos que la UE está firmando con países de tránsito y de acogida solo provocarán más sufrimiento y la innecesaria pérdida de vidas humanas.

Por nuestra parte, en MSF estamos dispuestos a asumir riesgos, a ser audaces y a mantener nuestra capacidad de trabajar –a veces en condiciones muy precarias– en lugares difíciles y sumidos en el olvido. No podríamos hacerlo sin vosotros, los miles de socios y colaboradores que con vuestro apoyo nos permitís ser independientes y llevar la asistencia humanitaria a las personas que la necesitan desesperadamente.