El candidato de Izquierda Unida-Unidad Popular a la
Presidencia del Gobierno encabeza un encuentro internacional en Madrid para
parar un acuerdo que negocian en secreto la UE y los EE.UU, y del que señala
que “si se aprueba, nuestros hijos no nos lo van a perdonar porque se estará
condicionando su vida para el futuro”
El candidato de Izquierda Unida-Unidad Popular a la
Presidencia del Gobierno en las elecciones generales del 20D, Alberto Garzón,
ha denunciado que el Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y los
Estados Unido que ahora se ultima (TTIP en sus siglas en inglés) supone una “bomba
de relojería puesta en nuestras vidas y nuestros servicios públicos”, entre
otros motivos porque “simplemente instaura un nuevo derecho, ese de que ‘el pez
grande se come al chico’”.
Garzón ha sido el encargado de abrir en la mañana de ayer el
acto ‘Parar el TTIP. Objetivo Nº 1 de la izquierda europea’ organizado por
Izquierda Unida y su grupo parlamentario europeo (GUE/NGL) en el cine Palafox
de Madrid. Junto a él, entre otro/as, intervinieron la candidata nº 2 en la
lista de Madrid, Sol Sánchez; la portavoz parlamentaria del grupo de la
Izquierda Plural en Bruselas, Marina Albiol; el concejal de Economía y Hacienda
en el Ayuntamiento de Madrid, Carlos Sánchez Mato, o la eurodiputada alemana de
Die Linke y presidenta del (GUE/NGL), Gabi Zimmer.
“Nadie habla de este tratado -denunció- pese a que va
a influir de manera directa en nuestras vidas de muchas formas”, de ahí que
“nosotros hagamos una mirada crítica desde la izquierda, la misma mirada de la
gente sencilla y trabajadora. Queremos hacer pedagogía frente a las grandes
dificultades que están poniendo para la información” sobre este importante
asunto.
El candidato de IU ilustró de manera muy gráfica las
nefastas consecuencias que acarreará la puesta en práctica del acuerdo que se
‘cocina’ prácticamente en secreto “salvo alguna filtración” más o menos
interesada: “Es un tratado hecho contra la tienda de la esquina -dijo-; va
contra los trabajadores, los autónomos, los jubilados… buscan cambiar
radicalmente nuestra forma de entender la economía desde su perspectiva
neoliberal”.
Para Alberto Garzón, “si se aprueba este tratado
nuestros hijos no nos lo van a perdonar porque se estará condicionando su vida
para el futuro. Estaremos ante un horizonte de precariedad permanente, ante un
ajuste salarial permanente. Es algo que debería crear alarma social”, de ahí el
silencio oficial con el que desde instancias oficiales se ha envuelto la
negociación.
“Quieren bajar nuestros estándares de derechos”,
alertó, y “la disyuntiva no es entre seguir con este proceso deconstituyente o
quedarnos como estamos. Nos oponemos frontalmente a esto”.
El parlamentario de Izquierda Unida abundó en esta
idea y explicó que “estamos en un escenario regresivo y lesivo para la gente
trabajadora. Dejan sin valor la Constitución, los estatutos de autonomías, las
leyes que protegen a la ciudadanía, a los consumidores. Es claramente un
proceso deconstituyente contra las personas; es un acuerdo entre oligarquías
que nos meten por la puerta de atrás. Aprovechan la grave crisis económica para
dar una vuelta de tuerca más al neoliberalismo”.
Garzón criticó con vehemencia que hayan “abierto un
proceso de mercantilización sobre nuestras vidas, incluso en espacios que hasta
ahora no lo eran como la Sanidad, la Educación, las pensiones. Es un ataque a la
democracia” y apostilló que “hasta ahora cuando vamos a un hospital lo hacemos
como ciudadanos con derechos; ahora quieren que vayamos como clientes si
tenemos dinero para pagar lo que quieren ofrecernos”.
Noviembre/2015