Entrevista a Antonio Maíllo, Coordinador general de la federación andaluza de Izquierda Unida
Apuró el plazo para presentarse, pero finalmente Antonio Maíllo (Lucena, 1966) decidió optar a renovar su cargo como coordinador general IULV-CA, la federación andaluza de Izquierda Unida. Un cáncer de estómago le llevó el año pasado a focalizar la energía en recuperar la salud, pero ya se encuentra con la enfermedad superada y las fuerzas renovadas para abordar el reto de su carrera: crear un ambicioso bloque de izquierdas que consiga sacar del poder al PSOE de Susana Díaz. Para ello cuenta con una aliada externa, Teresa Rodríguez, cercana en el plano político y en el personal. En el seno de la coalición, tiene al grueso del partido de su parte, incluidos Candidatura Unitaria de Trabajadores (CUT), PCA e IU por la Base. Eso sí, entre el 7 y el 8 de octubre tendrá que lidiar en la XXI Asamblea andaluza con uno de sus críticos, José Luis Pérez Tapias, quien representa a aquellos que en el seno de la formación ven la alianza con Podemos como un peligro para la supervivencia de la organización.
– ¿Qué le ha empujado a volver a presentarse como coordinador regional de IU en Andalucía?
– El principal motivo es que, aunque acababa mi mandato de cuatro años, no ha acabado el ciclo político en el que estamos inmersos. Estamos desarrollando una labor que no es nueva: la apuesta por la convergencia de un bloque de izquierda que sea alternativa en Andalucía. Es evidente que, si me iba, no había acabado ese proceso que yo creo que culmina en 2019. Esto me ha convencido para seguir adelante con un nuevo mandato que dé certidumbre y seguridad a nuestra organización.
– Le han salido un competidor: José Luis Pérez Tapias, número dos bajo la anterior dirección de Diego Valderas, y crítico con la línea actual de la IU que usted encabeza. ¿Le molesta que no se haya sumado a elaborar un documento de consenso y presente su propia candidatura?
– En modo alguno. Nosotros hemos desarrollado un método nuevo para la elaboración de los documentos que se van a debatir, que esperemos que sean los que se debatan en la Asamblea. Tuvimos una participación de casi 200 personas en una elaboración colectiva. Un sector pequeño, pero que había formado parte del Consejo andaluz anterior, no participó en esa elaboración colectiva, elaboró un documento alternativo y eso tiene un correlato lógico en la presentación de otra candidatura. Además, las normas que hemos planteado en la Asamblea permiten que con el 1% de las firmas de avales de la militancia se pueda presentar una candidatura alternativa. Hay gente que no se siente vinculada a lo aprobado en la Asamblea Federal de IU y a la estrategia acordada por la mayoría. Era lógico que se presentaran, aunque eso no ha quitado que en mi caso haya propuesto una candidatura muy plural, con una voluntad de cohesión del músculo de IU. Por primera vez, todas las organizaciones integrantes en ella y los independientes forman parte de la misma lista. En ese sentido, estoy bastante satisfecho.
– La candidatura de ‘los críticos’ representa a esa parte de la coalición que rechaza la alianza con Podemos porque temen que IU quede reducida a “una fuerza subalterna”. ¿Cree que Podemos representa algún peligro para la supervivencia de su partido en Andalucía?
«Los peores momentos de Izquierda Unida ya han pasado. La voluntad de convergencia forma parte de nuestro ADN»
– No, los peores momentos de IU han pasado. Nosotros tenemos esa voluntad de acuerdo, que forma parte de la identidad de IU a lo largo de los años. Surgimos con una voluntad de convergencia y está en nuestro ADN. El gran debate que se dirime en la Asamblea es decirle a la sociedad andaluza qué podemos aportar desde el cambio de la izquierda.
La candidatura que yo encabezo va a decir que estamos dispuestos a remangarnos para construir con otra gente, pero también con nosotros, una alternativa a un modelo económico y social en Andalucía que está vinculado a un fracaso de vertebración social, con bolsas de desigualdad por encima de la media española, niveles de desempleo absolutamente inaceptables y una nueva estructura vinculada a la precariedad.
Contra eso nos rebelamos, y decimos que estamos dispuestos a romper con esa tendencia a la resignación que puede suponer que siga gobernando el PSOE o a la alternancia reaccionaria como única alternativa. Quremos crear un bloque de cambio y eso sin IU no se crea, pero solo con IU tampoco.
– El informe de rendición de cuentas que Alberto Garzón presentó tras un año al frente de IU analiza de manera crítica la alianza de Unidos Podemos…
– Es un informe honesto de los objetivos alcanzados y de las dificultades no previstas que son necesariamente corregibles. Comparto esa reflexión elaborada colectivamente, entre otras cosas, porque es la constatación de que hay visibilidades que no se corresponden con la importancia de cada una de las partes. En Andalucía decimos que la confluencia se construye desde varios frentes: desde el acuerdo mutuo de gente que está dispuesta a contribuir y ofrecer a las clases populares una salida de la crisis y, por tanto, crear un instrumento que permita alcanzar el gobierno para que, con el tejido social que se organice, cambiar las políticas actualmente existentes.
En segundo lugar, esa confluencia se tiene que hacer desde la comodidad de las partes. Cada parte que conforma esa marea andaluza, tiene que partir de la comodidad, de su presencialismo, de su vinculación directa con la sociedad a la que representa y en la que está inserta, como IU en Andalucía.
En tercer lugar tenemos una ventaja en Andalucía, tanto Podemos como IU, como fuerzas no únicas de esa confluencia, somos organizaciones muy arraigadas y que podemos aprender de lo que se ha hecho en IU a nivel federal y es perfectamente mejorable. Comparto la reflexión de Alberto Garzón: cada parte necesita su interlocución directa con la sociedad.
– En este informe Garzón también se ponía de manifiesto que Podemos se ha convertido en un partido clásico, que Unidos Podemos a nivel estatal no había logrado articular ese movimiento político y social por el que IU quiere seguir apostando. ¿En Andalucía se dan condiciones diferentes para articular un nuevo sujeto político que satisfaga las aspiraciones de IU?
«Se trata de crear un bloque alternativo al PSOE, conservador, que tiene el único objetivo de mantenerse en el poder»
En Andalucía se dan mejores condiciones que en el resto del Estado por dos razones. Aquí no se trata de quitar al PP como salida desesperada en la que tenemos que conformar sujetos con fuerzas que impugan el régimen del 78 y otras que no lo hacen, como en el caso de Valencia. En Andalucía se trata de crear un bloque de alternativa en el campo de la izquierda a un PSOE que se ha convertido en el partido nacional andaluz, conservador, que tiene como único objetivo mantenerse en el poder y que ha agotado su papel histórico y no tiene plan estratégico.
IU y Podemos estamos muy arraigados en el territorio. Aquí IU tiene 80 alcaldías, 29 cogobiernos. Ese arraigo es una ventaja porque hace que no tengamos que tener miedo a esa ambición de ofrecer a las clases populares un instrumento de cambio político. También hay condiciones subjetivas: tanto Teresa Rodríguez como yo tenemos una voluntad honesta de afrontar esta construcción de un referente que le sirva a las clases populares y a la mayoría social de esperanza para el cambio político y social, por encima de ambiciones personales.
– Después del verano, ¿ha conversado con Teresa Rodríguez sobre cómo empezar a preparar esta nueva confluencia?
– Podemos ha estado haciendo una reflexión interna de documentos estratégicos para el proceso de confluencia. Nosotros lo estamos desarrollando en la clave de la Asamblea andaluza. Cuando terminemos nuestro debate en octubre, si las tesis que defendemos salen adelante como confío, no queda más que el pistoletazo de salida de llamamiento a la sociedad andaluza para que se incorpore a este proyecto.
– ¿Y qué fuerzas políticas o actores sociales querría que se incorporaran al nuevo sujeto político?
– Nosotros aspiramos a un bloque de mayorías, pero no es suficiente. Aspiramos a que Podemos, IU y otras organizaciones hagan una convocatoria a la sociedad civil para que, organizados o no, se incorporen a este bloque de cambio: organizaciones de nueva cuña, plataformas, mareas en defensa de la educación pública y sanitaria, asociaciones de memoria histórica y democrática, colectivos como Las Kellys, sindicatos que puedan aportar a la defensa de los trabajadores, profesionales del ámbito público, profesorado universitario…
Estamos hablando de un proyecto muy ambicioso, que tiene que disputarle al PSOE territorios donde ellos han sido hasta ahora hegemónicos. Hay que convencer a mucha gente que no se incorporaría a proyectos fragmentados que no tengan visos de convertirse en alternativa pero, sin embargo, sí participaría en un proyecto donde la unión de toda la gente que esté dispuesta a ese cambio asuma un momento de responsabilidad histórica. Si vamos fragmentados, no hay voluntad de alternativa, y nosotros asumimos el momento histórico que nos toca para cambiar las políticas públicas en Andalucía. Para que fenómenos que han pasado en Madrid o Cataluña puedan ir abriéndose paso.
– ¿La persona que lidere este proyecto debería ser independiente de IU y Podemos como Ada Colau en Barcelona o Manuela Carmena en Madrid?
– Vamos a empezar, vamos a construir el proceso y ya iremos viendo. Hay que estar abiertos a cualquier fórmula que pueda resultar más atractiva, pero hay que ver por fases la construcción de este proceso. Hay que dar primero el pistoletazo de salida. Tanto Teresa Rodríguez como yo estamos por encima de ese debate: queremos construir un proceso ambicioso y con voluntad de mayorías.
– Pasemos a la cuestión catalana. No hay unanimidad en IU, incluso entre los propios dirigentes hay quien opina que habría que apoyar un referéndum del 1-O como la posición más democrática, ante la intangibilidad de un referéndum pactado y con garantías, el deseo de IU. ¿Rechaza la consulta del 1-O?
«Coincido con Colau, Garzón o Iglesias, hay que ligar la situación catalana a la creación de una mayoría que permita la consulta»
– En Cataluña se ha podido crear un bloque de cohesión en torno a los soberanistas, entre todos aquellos sectores que son partidarios de un referéndum por el derecho a decidir, aunque no todos por la independencia. Se ha optado por un proceso en el que solo se ha cuestionado a quienes, dentro del soberanismo, son independentistas. Creo que eso ha sido una torpeza táctica mayúscula. En ese error, está el último proceso chusco del Parlament en el que leyes tan importantes se impulsan con un cambio del orden del día para su inclusión y una aprobación exprés. Ese proceso le ha dado al PP la posibilidad de crearse una imagen de Estado. El PP, y también la Judicatura, con la cancelación del acto de defensa del referéndum Madrid, están actuando para aprovechar esta situación y ahorcar más la democracia.
La postura de IU es como la de tanta gente soberanista en Cataluña. Como decía Ada Colau, lo más revolucionario en ese momento es la política de los matices. Yo personalmente me sitúo en ese discurso de Colau, Garzón o de Pablo Iglesias en el que se le plantea la necesidad de que la situación en Cataluña tiene que vincularse a la articulación de una mayoría en España que permita esa consulta. Por ahí puede ir la solución. Lo demás es la alimentación de una tensión que favorece a sectores independentistas y al PP, que busca un espacio de cohesión en el antagonismo al independentismo catalán.
– Si IU y gran parte de los dirigentes se identifican con Colau en su planteamiento, ¿por qué no acudió ningún representante federal de IU al acto de ‘los comunes’ en Cataluña el día de la Diada? Sí que estaba Pablo Iglesias.
– Sí que estuvo Esquerra Unida i Alternativa (EUiA). Fue una cuestión de agenda que no tenía connotaciones políticas.
– La Judicatura, como usted señala, también ha emprendido medidas contra uno de los suyos, el coordinador general de EuiA, Joan Josep Nuet. La Fiscalía Superior de Cataluña se querellará por desobediencia y prevaricación contra él y los demás miembros de la Mesa del Parlament que aprobaran la admisión a trámite de la ley del referéndum. ¿IU le está respaldando adecuadamente?
– Nuestro respaldo total. Todas las medidas que impliquen judicializar un problema profundamente político como es el de Cataluña nos va a tener enfrente, como también nos va a tener enfrente el PP y las decisiones de la Judicatura suspendiendo un acto de democracia. ¿Qué país es este en el que se suspende un acto donde se defiende una opción legítima? No vamos a ser neutrales. Vamos a luchar para que los independentistas tengan su espacio para defender su postura, de la misma manera que vamos a defender un referéndum y que Cataluña siga compartiendo espacio y encaje en una España federal.
– Después del 1-O vienen un 2-O. O nos ponemos a buscar soluciones ante un hecho que no se puede abordar desde el punto de vista judicial o entraremos en un vorágine absolutamente peligrosa que puede crear una ruptura irreversible para la sociedad catalana y la democracia española. Mucha gente no vamos a aceptar la hoja de ruta del PP de aprovechar esta tensión para apretar el cinturón centralista dentro del modelo. Desde Andalucía, la aportación que podemos hacer es abordar el debate territorial desde un debate más vinculado a la clase que a un debate identitario. Este puede ser un espacio en el que se pueda abrir el futuro de nuestro país, con un modelo que debe estar vinculado a los problemas que tienen tanto las clases populares catalanas como las clases populares andaluzas: objeto de recortes, pérdida de derechos, pobreza y desigualdad. Ahora mismo el debate territorial y el debate en Cataluña lo ha solapado totalmente.
– ¿Qué opina sobre que Pedro Sánchez en su lista de naciones españolas haya olvidado a Andalucía?
– Pone en evidencia que hace falta mucha pedagogía política con respecto al debate territorial. Pedro Sánchez regresó a la aspiración que tenía la burguesía vasca y catalana, que era el sueño de la confederación del norte y la regionalización del sur. Y es obviar que hubo un 4 de diciembre del 77, un 28 de febrero del 80, donde se rompió el guión establecido para la Constitución y para España y se rompió el guión en el que había ese mapa que está completamente superado por la historia. Andalucía, como la que más, es una realidad nacional y una nacionalidad histórica que forma parte de un espacio que tiene que contar a la hora de la vertebración española. En el PSOE no han resuelto bien cual el modelo de cual es el encaje de una España federal donde el espacio de igualdad es fundamental.
– ¿Susana Díaz entiende mejor la particularidad de Andalucía? Ahora quiere pactar un nuevo modelo de financiación.
– Susana Díaz forma parte de una tradición del PSOE centralista. Otra cosa es la táctica de quien, habiendo perdido sus aspiraciones a ser dirigente federal, se tenga que quedar en Andalucía como segundo plato, no porque sea lo que le guste. Ahora hace una reivindicación andaluza para recuperar un espacio que había perdido, pero tiene una carencia de credibilidad brutal, que representa el imaginario político español más rancio desde el punto de vista territorial. Es una señora que, siendo presidenta de la Junta de Andalucía, se envolvió en la rojigualda, se olvidó de la blanquiverde y ahora intenta reinventarse. El problema es que la presidenta no tiene credibilidad para afrontar este debate. Es un drama que nos asiste.
Escrito por MARÍA F. SÁNCHEZ
Publicado en cuartopoder.es