Partido ¿Socialista y Obrero? Español por Dani Ruiz en laRepública.es

Para el PSOE el poder es como un violín: lo coge con la mano izquierda y lo toca con la derecha

Año 1879, los ideales socialistas se extendían con más fuerza que nunca por toda Europa gracias a la indiscutible labor de Marx y Engels.

Disuelta la I Internacional tres años antes, las banderas de la primera gran agrupación internacional de la clase trabajadora ya estaban presentes en la España de la Restauración, a través de pequeños corros de pensadores, intelectuales y activistas políticos.

Aquel año se fundó el Partido Socialista Obrero Español, liderado por Pablo Iglesias Posse. El PSOE alcanzó representación parlamentaria en 1910 siendo la primera vez que un partido obrero conseguía tener un diputado en la historia del país, tarea ardua dentro del sistema corrupto y caciquil que imperaba en la época.

Esta organización nació con la intención de impregnar a la sociedad el espíritu de la lucha de clases, la emancipación de la clase trabajadora y la aplicación de las teorías marxistas. Hoy en día, leer la historia del PSOE nos recuerda el carnaval de ideales que existe actualmente en dicho partido, prostituido desde hace muchas décadas. Los ideales, valores y la ética socialista que sus fundadores propugnaron, fueron abandonados al finalizar la dictadura franquista, convirtiéndose en una organización capitalista al servicio del neoliberalismo europeo e internacional.

El PSOE se ha caracterizado, a lo largo de su historia posfranquista, por vender un tramposo discurso de izquierdas y llevar a cabo medidas y políticas de derechas. Para el PSOE el poder es como un violín: lo coge con la mano izquierda y lo toca con la derecha.

Con un discurso repleto de generalidades, falacias, ambigüedades a todo color y sin concreciones, las palabras de Sánchez en el discurso de investidura están escritas para que luzcan en la radio y en la televisión, para que los periodistas puedan entresacar esa cita que irá directa a los telediarios y a las portadas de los periódicos, pero que jamás convencerá ni será reflejo de la voluntad ciudadana. Superficialidad, banalidad y triste, a la vez que patético.

Si en algo tiene razón Sánchez es sobre la inexistencia de una mayoría de izquierdas en el parlamento, dado que es evidente que el PSOE no encaja en esta definición, o al menos así lo han demostrado sus actos a lo largo de la historia: OTAN si, el apoyo al TTIP, el artículo 135, las reformas laborales, la jubilación a los 67, la aceleración de los desahucios, el rechazo a la celebración de referéndum monarquía-república, las puertas giratorias en los Consejos de Administración, y sus continuos pactos con la derecha (PP y ahora C’s) son algunos de los cientos de puntos que alejan a este partido de la izquierda.

Retiren las palabras “Socialista” (como socialdemócratas que dicen ser) y “Obrero” (como capitalistas que son) del nombre de su organización. Repasen su historia y hagan memoria sobre sus orígenes, para saber lo que significa realmente el socialismo y ser de izquierdas. La única organización política que en la actualidad aboga por políticas de izquierdas desde la defensa de la lucha de clases, la emancipación de la clase trabajadora y la aplicación de las teorías marxistas es el Partido Comunista. Olviden la palabra izquierda, mientras actúen desde la derecha.
                                                                                                    
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