Garzón tacha el 'voto útil' de "vieja política" y apunta que "aunque el PSOE lo use desde hace 30 años sorprende que lo hagan esos nuevos partidos que dicen que han venido para regenerar

El candidato de Izquierda Unida-Unidad Popular a la Presidencia del Gobierno llena a rebosar el Polideportivo del Cabanyal de Valencia y afirma que “¡Qué voto puede ser más útil que el que sirva para circuitar a la derecha y cambiar el país que queremos!”

El candidato de Izquierda Unida-Unidad Popular a la Presidencia del Gobierno, Alberto Garzón, tenía muy claro que era el día de acallar bocas desde Valencia…, y lo hizo casi desde el inicio de su intervención. Desde un Polideportivo del Cabanyal abarrotado por cerca de 3.000 personas -récord en un acto público para EUPV desde hace décadas- Garzón se enfrentó con ganas al llamado ‘voto útil’. “Eso -sentenció- es vieja política. El PSOE lleva 30 años usándolo. Lo que sorprende es que esos nuevos partidos que dicen que han venido para hacer el cambio y regenerar la política también lo usen. No se puede pedir el voto útil para convertir votos de izquierda en votos a favor de la oligarquía”.

Para llegar a Valencia el candidato a La Moncloa de IU-UP había compartido vagón de AVE con su homólogo del PSOE Pedro Sánchez, al igual que sus respectivas caravanas electorales con los medios de comunicación. Aunque éstos ya se habían encargados de fotografiar, tuitear e informar del hecho, Garzón lo sacó a colación y explicó que “en el tren me he acordado del artículo 135 -cuya reforma exprés pacto el PSOE a toda prisa con el PP y que Sánchez ratificó en el Congreso como diputado que era- y del voto útil”. Lo demás, en Valencia, vino solo.

El diputado de Izquierda Unida sacó pecho, reclamó el apoyo de los presentes y aseguró que “¡Queremos el voto útil para IU-UP! Qué voto puede ser más útil que el que sirva para circuitar a la derecha y cambiar el país que queremos. Es el voto para las clases populares, para los jóvenes, para los parados, para los que trabajan y no cobran, para los pensionistas”. Y lo apostilló con una pregunta “¿Hay algo más útil que eso?”

Aprovechando también el día y el acuerdo sobre el clima alcanzado horas antes en París, metió también este tema en campaña. Indicó que “la nuestra es una candidatura ecologista y coherente. El modelo de producción que defendemos es sostenible. Los que no son coherentes son los que dicen defender el planeta y lo hacen sólo como un eslogan”.

Y tiró por el mismo carril con más ejemplos: “No se puede decir ‘No a la guerra’ y ‘Sí a la OTAN’; no se puede decir ‘Sí al 15M’ y ‘Sí a la Monarquía’; no se puede estar contra el cambio climático y estar con el capitalismo”. Los presentes entendieron a la perfección de qué y quiénes estaba hablando.

A partir de ahí tiró de análisis económico casi hasta el final. “Somos la izquierda incómoda que no se arrodilla ante el poder económico, ante el poder militar, ante la Iglesia. Por eso no les gustamos”, dijo.

Recordó que quienes mandan son esa “oligarquía que ya mandaba en el franquismo y no han cambiado para seguir haciéndolo ahora”. De ahí que se parara para aclarar que “por eso es por lo que no queremos una segunda transición, sino un proceso constituyente que nos facilite tener el nuevo país que buscamos”.

Avisó de que quienes componen esa oligarquía “están escondidos entre las bambalinas de este teatro de sombras” y “son insaciables” porque aunque no están directamente en los puestos de gobierno sí son los que manejan a su antojo a quienes los ocupan.

“Han saqueado durante décadas nuestro país. Han privatizado las empresas públicas como Telefónica, Endesa…, la última AENA. Lo que tenían todas en común es que tenían beneficios. Son de derechas pero no son tontos; privatizan las ganancias y socializan las pérdidas”, afirmó.