Izquierda Unida logra que la FEMP repruebe por unanimidad el ‘negacionismo climático’ que abandera Trump a nivel internacional

Tasio Oliver, dirigente federal de IU y defensor de la resolución ente la Comisión de Medio Ambiente de la entidad municipalista, destaca la “importancia” que tiene esta iniciativa porque “es necesario que las ciudades de Europa, empezando por las de nuestro país, demuestren su rechazo al ‘trumpismo climático’, que pone en peligro toda la agenda internacional de protección medioambiental, de reducción de las emisiones de CO2 y contra el calentamiento global”
Izquierda Unida, a través de su dirigente federal y vocal en la Comisión de Medio Ambiente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Tasio Oliver, ha conseguido que esta entidad que representa a todos los ayuntamientos del Estado apruebe por unanimidad una resolución en la que se reprueba el ‘negacionismo climático’ que abandera el presidente estadounidense, Donald Trump.
En concreto, el texto impulsado por IU y refrendado por el resto de formaciones en la Comisión de Medio Ambiente de la FEMP muestra en su apartado propositivo el “rechazo” de ésta “a declaraciones o posicionamientos públicos que, contraviniendo el consenso de la comunidad científica y de la gran mayoría de la comunidad política internacionales, nieguen o menoscaben el impacto global del cambio climático tanto en términos medioambientales como en términos sociales”.


Tasio Oliver destaca la “importancia a nivel municipal” que tiene esta iniciativa y apunta que “es necesario que las ciudades de Europa, empezando por las de nuestro país, demuestren su rechazo al ‘trumpismo climático’ y a su continuo negacionismo. Esta forma de actuar pone en peligro toda la agenda internacional de protección medioambiental, de reducción de las emisiones de CO2 y contra el calentamiento global”.
La iniciativa de IU recuerda que Trump “ya desde que se postuló como candidato mostró su escepticismo y rechazo ante la existencia del cambio climático, de la influencia que el hombre haya tenido y la utilidad de las políticas de mitigación previas”.
Advierte también de las consecuencias prácticas de esta forma de actuar, “condenando al ostracismo a la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de EE.UU o firmando una serie de memorandos ejecutivos para impulsar la producción y el consumo de combustibles fósiles. Del mismo modo prometió retirar a Estados Unidos del acuerdo de París, que propone reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) -principal causante del calentamiento global- a valores que permitan que el calentamiento esté por debajo de 2ºC, en relación a las temperaturas de tiempos preindustriales, y que suscriben y siguen de forma decidida las propias políticas de desarrollo de la Unión Europea (UE) y la práctica totalidad de países europeos”.
Oliver constata que “han sido muchos los esfuerzos que la Unión Europea viene realizando desde la firma del Protocolo de Kioto para integrar al mayor número de países en los compromisos contra el cambio climático, pero incluso si Washington no se retira formalmente, su acción contraria y mensajes contra él pueden suponer una piedra importante en el camino del acuerdo de París”.
“En primer lugar -detalla el dirigente federal de IU- porque el propio texto recoge que los esfuerzos pactados no bastan para lograr los objetivos de reducción de gases y compromete a los firmantes a revisar al alza los programas de mitigación en 2018. En segundo lugar, porque los próximos cuatro años han de ser clave para definir el control de las emisiones y la financiación de las políticas de adaptación al cambio climático, y Washington, primera potencia mundial, y segunda emisora de CO2, podría bloquear unas negociaciones basadas en el consenso”.
La resolución de IU aprobada, que pasa ahora a la Junta de Gobierno de la FEMP con el aval del respaldo unánime, se completa mostrando también el rechazo al fomento de políticas públicas, sea cual sea su ámbito o la jurisdicción de las administraciones en cuestión, encaminadas a potenciar modelos energéticos que limiten el consumo, explotación e investigación de energías renovables en pos del impulso al consumo de combustibles fósiles”.
Cierra su parte propositiva instando a “hacer llegar tales acuerdos, desde la FEMP y desde la Red de Ciudades por el Clima, a todos aquellos organismos, de carácter nacional o internacional, competentes en la puesta en marcha de políticas que mitiguen el cambio climático”.