Izquierda Unida impulsa el envío de esta misiva al ministro de Exteriores con la firma de sus portavoces/as parlamentarios en Madrid y Bruselas, Alberto Garzón y Marina Albiol, que cuentan también con el apoyo de europarlamentarios/as de Podemos, además de cerca de una veintena de diputados/as de Unidos Podemos, En Comú Podem y En Marea
Izquierda Unida, a través de sus portavoces/as en el Parlamento Europeo y en el Congreso, Marina Albiol y Alberto Garzón, ha impulsado hoy el envío de una carta al ministro de Exteriores y Cooperación del Gobierno del PP, Alfonso Dastis, en la que demandan que el Ejecutivo actúe para poner en libertad “de forma incondicional” al periodista Hamza Yalçin y al escritor Dogan Akhanli, detenidos hace unas semanas en territorio español a raíz de la persecución que ejerce sobre ellos el régimen turco del presidente Recept Tayyip Erdogan, para acallar cualquier voz crítica contra él.
“Debe haber una respuesta clara por parte de las autoridades españolas al recorte sistemático de derechos y la represión del actual Ejecutivo turco”, señala la misiva, “por ello, exigimos que el Gobierno español acabe con esta situación de excepcionalidad liberando a ambas personas de forma incondicional”.
Además de las firmas de Garzón y Albiol, la carta lleva también las del resto de diputados/as de Izquierda Unida en el Congreso y en el Parlamento Europeo, así como la de los/as parlamentarios/as de Podemos en Bruselas, además de cerca de una veintena de apoyos de diputados/as de Unidos Podemos, En Comú Podem y En Marea.
La oportunidad de la misiva remitida hoy a Dastis cobra aún más fuerza después de que Hamza Yalçin -que tiene también nacionalidad sueca, tras residir en este país desde 1984- tenga que seguir en la prisión Brians I de Barcelona tras rechazar ayer la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional su petición de excarcelación.
Además, la Diputación Permanente del Congreso aprobó también ayer jueves, pese al intransigente rechazo del PP, que el ministro de Justicia, Rafael Catalá, comparezca en sede parlamentaria para dar explicaciones sobre la posible extradición de Yalçin, una sesión extraordinaria de la Comisión de Justicia en la que también se hablará del caso de Dogan Akhanli.
En la carta impulsada por IU se recuerda a Dastis que la detención del periodista y del escritor “ha generado una enorme preocupación en el conjunto de la Unión Europea. Resulta preocupante que un Estado de la Unión Europea (en referencia a España) atienda a este tipo de peticiones de extradición, basadas en delitos de ‘insultos al Presidente’ en el caso de Akhanli, conocido por su denuncia del genocidio armenio, y de ‘pertenencia a banda armada’, en el caso de Yalçin, por su militancia de izquierdas”.
El escrito destaca que estos supuestos delitos “tienen una naturaleza claramente política, y se enmarcan en el contexto de recorte de derechos y libertades que se vive en la República de Turquía”.
“En el último año -se detalla- Ankara ha cerrado decenas de medios de comunicación y detenido a más de un centenar de periodistas, además de haber puesto en marcha una purga de opositores en el conjunto del sector público y entre las organizaciones políticas y sociales de la izquierda. Cabe recordar que los colíderes y diputados del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), Selahattin Demirtas y Figen Yüksekdag se encuentran encarcelados junto a 11 diputados y diputadas más de la misma organización, cuestionando seriamente el carácter democrático de la República de Turquía”.
La misiva que firman Garzón y Albiol destaca también que “se da la circunstancia de que ambos detenidos, uno encarcelado y el otro en libertad condicional, son ciudadanos de la Unión Europea. Hamza Yalçin es ciudadano de Suecia, donde reside desde 1984, y Dogan Akhlani es ciudadano alemán, habiendo residido allí desde 1992. Los gobiernos de ambos Estados han expresado ya su preocupación por estas detenciones. La propia Comisión Europea ha manifestado, a través de su portavoz, su disconformidad con este uso que realiza el Gobierno turco de Interpol, al utilizarse esta organización internacional como un mecanismo más de represión contra la oposición”.
La carta concluye resaltando que, al contrario de lo ocurrido ahora en España, “cabe también recordar que ni los gobiernos de sus respectivos Estados ni los de otros Estados de la Unión Europea a los que habían viajado, como Grecia o Italia, habían respondido a las órdenes de detención dictadas desde Ankara”.