El portavoz parlamentario de IU, Alberto Garzón, registra una petición de comparecencia del ministro Luis de Guindos en la Comisión de Economía, Industria y Competitividad. El diputado remite al Gobierno una decena de preguntas sobre la asfixia económica a la que está sometiendo a la ciencia y la precariedad a la que aboca especialmente a los jóvenes investigadores, miles de ellos forzados a emigrar.
El portavoz parlamentario de IU, Alberto Garzón, ha registrado una petición de comparecencia del ministro Luis de Guindos en la Comisión de Economía, Industria y Competitividad para que explique las medidas que va a llevar a cabo para corregir “el progresivo abandono de la ciencia española”, provocado por los recortes en la inversión en ciencia y la no ejecución de diversas partidas presupuestarias. A juicio del diputado, las sucesivas bajadas “repercuten negativamente en todo el sistema de ciencia y tecnología del país, afectan de manera trágica a los investigadores jóvenes y alimentan la precarización laboral”.
Izquierda Unida se hace eco así de las denuncias que llevan años practicando investigadores y científicos sobre la situación en la que se encuentra la ciencia en España. Un grupo de ellos, entre los que se encuentran dos miembros de la Real Academia de Ciencia, están promoviendo en la actualidad una recogida de firmas para entregarlas al Gobierno y contribuir a tratar de corregir el progresivo abandono de la ciencia española.
En paralelo a la petición de comparecencia, Garzón ha registrado una serie de preguntas escritas al Gobierno centradas en el desgaste y la precariedad a la que está abocando al sector científico (desde 2009, los presupuestos para I+D+i han disminuido un 36% en sus capítulos 1-7, es decir en gasto real, no financiero). “¿Cómo explica el Gobierno que España haya sido el país occidental que más ha recortado en ciencia durante los años de la crisis?”, plantea Garzón, entre otras cuestiones.
El portavoz parlamentario de IU denuncia que sus efectos son palmarios: “El número de patentes producidas se ha reducido en un 60%, se han perdido casi 90.000 empleos y 37.000 jóvenes investigadores han tenido que abandonar el país, y los que permanecen en él lo hacen trabajando en condiciones precarias y con recursos cada vez más escasos”.
Especialmente crítica es la situación de los jóvenes investigadores. “¿Cómo es posible cambiar el modelo productivo con estos recortes en ciencia, con jóvenes investigadores abandonando el país o trabajando en condiciones precarias?”, cuestiona Garzón, quien pregunta al Gobierno si va a corregir esta situación en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2018.
A los recortes en la inversión en ciencia y la no ejecución de varias partidas presupuestarias se suman el retraso en un año de la puesta en marcha del nuevo Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación 2017-2020 y la incertidumbre sobre los presupuestos económicos y recursos humanos con que se aplicará.
Los profesionales entienden que la situación descrita repercute negativamente en todo el sistema de ciencia y tecnología del país e incide de modo dramático en la carrera profesional de investigadores jóvenes que no pueden establecer nuevos grupos de trabajo. “La ciencia es un motor cultural y económico de un país y no apoyarla representa agravar el déficit económico del país y la precarización laboral”, concluye Garzón.