FRENTE A LA CORRUPCION UN NUEVO PROCESO CONSTITUYENTE


La democracia tutelada que nos impusieron tras la dictadura franquista ha estado siempre controlada por la dictadura del capital que a través de su poder económico ha manejado la política económica, la banca, los medios de comunicación, las universidades privadas etc.-.
Este sistema, que formalmente se denomina democracia, esta basado en el sometimiento de los poderes políticos al poder económico para que la voluntad popular quede reducida al formalismo de votar cada cuatro años para que gobiernen los partidos del régimen (PP-PSOE), a través de una ley electoral amañada donde sólo es posible la alternancia en el poder del bipartidismo. Se cambia de un partido a otro para que no cambie nada de lo que realmente interesa a la mayoría de la ciudadanía.
Este poder económico que domina el sistema no es votado por el pueblo pero, es el que realmente decide lo que tienen que hacer los poderes públicos controlando sus órganos de decisión y contando con el beneplácito de la jerarquía eclesiástica.
Si repasamos determinados apellidos veremos como son los mismos que desde finales del siglo XIX hasta nuestros días, controlan la banca, la judicatura, los medios de comunicación, la política, etc. Son una minoría pero su poder económico es capaz de imponer su voluntad a la inmensa mayoría que se ha creído hasta ahora que ésa era también su propia voluntad.
La dictadura del capital hoy prepara en las universidades privadas a la nueva generación de jueces, economistas, periodistas y políticos que dentro de unos años ocuparán el poder y los pondrán en sus listas para que la ciudadanía los vote creyendo que los eligen libremente para que defiendan y representen los intereses de la mayoría.
Este sistema que les ha funcionado casi a la perfección en los últimos 35 años está tocando a su fin tal como ha funcionado hasta ahora.
La ciudadanía mientras ha podido trabajar y medio vivir no se ha preocupado de lo colectivo de la política con mayúsculas, ha ido a lo suyo y ha delegado en estas personas para que los gobiernen y tomen las decisiones.
La actual estafa política y financiera a la ciudadanía, denominada por el régimen, crisis económica, esta dejando en evidencia el entramado político, económico y judicial en el cual sustentan su poder.
El poder económico no tiene limites, su afán de acumular poder y riqueza es infinito, mientras más tienen más quieren, aunque sea a consta de empobrecer a la mayoría de la sociedad.
Ante esta situación de empobrecimiento de la mayoría y la concentración de la riqueza, cada vez, en menos personas; saben que la sociedad más pronto que tarde reaccionará. Por eso ya están preparando el futuro escenario, cambios meramente formales, para que todo sigua igual o vaya a peor.
La sociedad ahora más sensible a las actuaciones políticas se encuentra escandalizada por los casos de corrupción y financiación del bipartidismo y la burguesía catalana, pero deben saber que esto no es nada más que la punta de un pequeño iceberg y que viene de lejos (recuerden los dólares que recibió el PSOE de Felipe González vía SPD alemán para ahogar al PCE o la trama de Filesa y Matesa para financiar su partido etc.)
La gente empieza a cuestionarse porqué no se cumple la Constitución, porqué la justicia no es igual para todos, porqué cuando alguien se apropia de lo que no es suyo sólo van a la cárcel los que han sustraído pequeñas cantidades, porqué a la gente humilde le quitan su vivienda, le niegan el dinero a los emprendedores y se lo dan a la a banca, porqué quieren hacer negocio con nuestra salud y la educación de nuestros hijos etc.
El cuestionarse el modelo actual es la puerta de inicio para enterrar el “pasotismo político” que nos impusieron en la década de los 80 para que la mayoría se alejara del interés por la política y ésta quedara en manos de unos cuantos que ya sabemos a lo que nos ha llevado.
Ahora nos tratan de imponer desde sus medios de propaganda que hay que disminuir el estado como medio para salir de la crisis y mucha gente, de nuevo, puede ser engañada.
Bajo el eufemismo de disminuir el estado lo que realmente preparan es disminuir la democracia y limitar aún más la capacidad de participación y decisión de la sociedad.
Cuando el poder económico quiere hacer negocio o eliminar cualquier servicio público, lo primero que hace es desprestigiarlo y mal gestionarlo, para debilitarlo económica y políticamente y así conseguir que la sociedad rechace la gestión pública (casos de corrupción, sueldos de gestores y asesores escandalosos, enchufismo, etc.)
Mientras la sociedad pide más transparencia y más democracia, ellos preparan eliminar la capacidad de decisión de los ayuntamientos más pequeños y reducir el número de  sus concejales, precisamente en los sitios donde los concejales no tienen sueldo.
Quieren acabar con el municipalismo porque es precisamente en algunos ayuntamientos pequeños donde no han podido controlar el poder y quieren acabar con esos reductos donde todavía sigue viva la participación colectiva y la democracia.
Sin embargo, no cuestionan las diputaciones que sí deberían desaparecer, pues manejan miles de millones de euros y son órganos de poder,  no elegidos por votación directa, y que responden a un sistema centralista anterior al modelo autonómico actual.
Frente al clamor popular por la reforma de la ley electoral que reduce la pluralidad y beneficia descaradamente al bipartidismo y burguesías nacionalistas, en lugar de aumentar el tamaño de la circunscripción electoral, hoy provincial, para que todos los votos valgan por igual en todas partes; lo que preparan es reducir la circunscripción electoral a ámbitos inferiores a la provincia para que en cada circunscripción se elijan muy pocos diputados y sólo obtenga representación el bipartidismo (PP-PSOE), igual sucederá sí reducen el número de concejales en los ayuntamientos.
La sociedad civil tiene que comenzar a organizarse e imponer su mayoría para caminar hacia un nuevo proceso constituyente donde la soberanía resida en el pueblo y los poderes públicos, los medios de producción, la economía, la banca, los medios de comunicación, la sanidad, la educación etc. estén al servicio de la mayoría social y la justicia sea igual para todos, donde se pueda juzgar y encarcelar a los responsables de saquear las arcas públicas, a los que sobornan y a los que se dejan sobornar.


Miguel Calero