Recuerdo que aprendí una palabra que hasta entonces yo no había oído, o no habitualmente al menos, la palabra consenso; mi abuelo me explicó a su manera su significado y la importancia que tenía el que la Constitución tuviera un gran consenso.
Pero en 1978 no se buscaba una mayoría política, ni siquiera simplemente un consenso exclusivamente político, se buscaba un consenso social, la mayor parte posible del pueblo español debía sentirse identificado con aquella norma que iba a ser la llave para una convivencia democrática y pacífica de todos y por eso, debía representar a la mayor cantidad posible de personas.
Salíamos de 40 años de Dictadura fascista, el poder de la Iglesia y de los Militares era increíble, el famoso "ruido de sables" (amenazas e intentonas de golpe de Estado) estaba a la orden del día, y por eso, y por el miedo, pero también por la generosidad de la izquierda perdedora no reclamó venganza, ni siquiera justicia a sus verdugos,y asi, se alcanzó el "consenso".
La Izquierda dió un paso atrás en sus reivindicaciones, se aceptó la monarquía como forma de Estado, no hubo reparación alguna a los miles de víctimas de la represión fascista, ni siquiera reconocimiento por parte del Estado hasta hace muy pocos años, todavía hoy el Partido Popular, tan democrático él, ha sido incapaz de condenar en sede parlamentaria la sublevación fascista de 1936 que ocasionó y acabó como todos sabemos.
Desde 1978 a 2011 la sociedad española ha cambiado mucho, hoy no tememos a la Iglesia aunque el Concordato y los subsiguientes pactos Iglesia-Estado hacen que que España tenga poco de estado aconfesional, y seguimos manteniendo los privilegios de una iglesia, mayoritaria pero no común a todos, tenemos colegios "concertados" que pagamos todos, pagamos un porcentaje de nuestros impuestos a la Iglesia Católica y otros privilegios que no tienen el resto de las confesiones religiosas presentes en nuestro país.
Decía hemos cambiado, tampoco tenemos miedo a un golpe de Estado, sería algo poco factible en nuestro país hoy en día, pero hay cosas que no cambian.
En 1978 yo era bastante más joven, y perdonen la expresión mas "cañero", de hecho me parecía entonces indignante que no pudiéramos elegir Monarquia o República, que no hubiese un reconocimiento expreso a todos aquellos españoles que sacrificaron su juventud y en muchos casos su vida por defender la libertad de todos, que no se juzgara a los fascistas culpables de lo que hoy llamamos un genocidio, en aquella época estaban vivos, hoy la mayoría descansan en el cementerio despues de haber tenido una muerte digna y plácida rodeados de sus seres queridos. Pero la Izquierda, en aras del consenso, perdonó y se traicionó a sí misma.
No es la primera ocasión en todos estos años que oigo lo de reformar la constitución, siempre seguido de una serie enorme de peros y quizás porque había que mantener el famoso consenso cosntitucional, de hecho solo se tocó con motivo de los Pactos Eropeos para permitir ciertos derechos electorales a los ciudadanos de la Union Europea.
Ahora, con el gobierno del PSOE, hemos conseguido rizar el rizo, la izquierda gobernante apoyada por el muy democrático Partido Popular traiciona a su gente, a sus votantes, a la sociedad en general, aprobando una reforma constitucional, sin consenso social, ni político, sin explicar al pueblo español la necesidad real de hacerlo, con prisas, en apenas dos semanas, con cara de "yo no fui", y priva al pueblo del derecho soberano a decidir sobre la modificación de la Carta Magna, cuando hay ya unas elecciones convocadas en escasamente dos meses y medio.
¿Por qué?. En principio controlar el déficit público para no endeudarnos de forma excesiva y descontrolada es algo necesario y bueno para la sociedad. Entonces, ¿cuál es el problema de explicarselo al pueblo?.
¿Será tal vez que no nos dicen de dónde se va a recortar el gasto? ¿será que temen ambos, PP y PSOE, que un debate prolongado y serio sobre el tema terminaría destapando sus verdaderas intenciones?.
Yo, que quieren que les diga, no me siento vidente, ni futurólogo, ni nada parecido a eso, pero me apuesto una cena a que si hay que reducir el gasto público, no se va ha hacer bajando el sueldo de los cargos públicos, ni reorganizando la administración para que sea más eficaz y menos costosa, ni quitándole privilegios a la Iglesia Católica o reduciendo el gasto militar; si hay que reducir el gasto público se hará reduciendo el gasto en ayudas sociales a los más desfavorecidos, disminuyendo las becas, suprimiendo contratos en enseñanza (como ya esta ocurriendo en comunidades como Madrid y Valencia), reduciendo el gasto en Medicina y en transporte público, en fin, traicionando las conquistas sociales que tantos años costó conseguir a los trabajadores y a la izquierda en general, o lo que es lo mismo, acabando con el famoso "estado del bienestar".
Pero esperen, quizás no sea tan diferente a la primera vez, cuando se aprobó la Constitución del 78 la Izquierda se traicionó a sí misma por el "bienestar general", mientras la derecha preservaba intactos sus privilegios y, ahora en 2011, la supuestamente izquierda gobernate traiciona a los suyos, al pueblo para que la derecha siga manteniendo sus privilegios, la Iglesia los suyos, los militares sus juguetitos de matar, y al pueblo...., al pueblo que le dén!
¡Caramba, qué coincidencia!
Daniel Robey