25 ANIVERSARIO DE CHERNOBIL








                        En 1979, cuando yo tenía 15 años, tuvo lugar el accidente de Harrisburg. Que yo recuerde, fue el primer accidente nuclear que trascendió a la población mundial. Nos dijeron que no pasaba nada, que todo estaba controlado; todavía hoy, no sabemos exactamente las consecuencias que para la población civil tuvo aquel accidente. En 1986, 7 años después, tuvo lugar el accidente de Chernobil, en Ucrania, y nos dijeron lo mismo, todo estaba controlado y no había de qué preocuparse. Los cálculos de las organizaciones internacionales van de los 200.000 a los 300.000 muertos, pero la Energía Nuclear seguía siendo “limpia y segura”.
                        Pero ¿a quién quieren tomar el pelo?. ¿Quiénes quieren que les crean?. Si no fuera por lo trágico,sería para echarse a reír. Podrán decirnos mil veces más que la energía nuclear es limpia y segura pero, por desgracia, tenemos constancia de que no es así.
                        Por si no lo teníamos claro, llegó Fukushima, una central nuclear de Japón en la región de Miyagi. El país mejor preparado del mundo para soportar desastres naturales, y el desastre calificado por el propio gobierno japonés como del mismo rango que Chernobil, todavía no ha terminado; no sabemos, ni sabremos en mucho tiempo sus consecuencias reales. Pero nos siguen diciendo que no nos preocupemos, que todo esta controlado, que no hay consecuencias para la salud de la población.
                        Perdónenme ustedes, pero hace 32 años que me venden el mismo cuento. Y yo, ya no me lo creo. ¡Que no me digan que la energía nuclear es limpia!. ¡Que no me cuenten que las centrales nucleares son seguras!. La ciencia es experiencia, repetición controlada de algo, para ver si vuelve a ocurrir, y obtener las conclusiones necesarias del “experimento”.
                        Pues bien, basándome en método científico, 1 accidente grave cada 10 años, y por grave me refiero a la muerte y/o traslado de miles de familias, no me indica seguridad. De igual modo tres accidentes históricos en más o menos 50 años, y miles de kilómetros cuadrados excluidos para el uso humano, no me indican limpieza.
                        Otro de los argumentos utilizados a favor de la energía nuclear es el del coste. Claro que lo que no nos cuentan es que el almacenamiento y/o reconversión de los resíduos  derivados de cualquier energía deben ser “neutralizados” por las propias compañías energéticas. Salvo en un caso, los residuos nucleares, los más caros e inseguros de todos ellos, esos los pagamos nosotros, con nuestro impuestos y con nuestra inseguridad. Pero eso no nos lo cuentan.
                        Alemania, un país gobernado por la derecha, ha paralizado 7 de sus centrales nucleares, y se replantea seriamente el futuro de su política energética. Y ¿qué hacemos nosotros? ¿Dónde nos movemos?. En la indefinición, esperando a ver qué ficha mueven los demás. Pero somos el país europeo con más potencial solar, y uno de los que tiene en la energía eólica un futuro prometedor, un país que puede y debe liderar el cambio en Europa de los modelos sostenibles de futuro.
                        ¿Y el cementerio nuclear de El Cabril? Está a 55 kilómetros en línea recta de nuestro municipio. ¡Sólo 55 kilómetros!. ¿Estáis dispuestos a aceptar el reto?
                        Nos lo debemos a nosotros y a nuestros hijos.
                        Porque nos sobran razones.
                        Daniel Robey