Nota de prensa
El Grupo Municipal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Pozoblanco, por medio de su portavoz, Miguel Calero, acusa al equipo de gobierno y en especial, al alcalde, Santiago Cabello, de realizar prácticas de injerencia en su trabajo, ninguneo, desprestigio social y posible caso de acoso laboral a los funcionarios municipales que no se pliegan a sus deseos. Calero ha señalado que el alcalde popular dirige el Ayuntamiento como si fuera su explotación ganadera, desconfiando de los funcionarios y de su propio equipo de gobierno. No sabe delegar, lo que ralentiza la gestión y produce un sobrecoste a las arcas municipales. De igual manera, su nulo conocimiento de la gestión municipal, su falta de planificación y el querer controlar todo, le lleva a entrar en contradicción numerosas veces con los funcionarios, que solo actúan llevados por el interés público y el cumplimiento de la legalidad vigente.
Miguel Calero apunta que en el Área de Secretaría hay varias actas de la Junta de Gobierno Local sin aprobar porque al alcalde no debe gustarle la redacción de las mismas. O en el Área de Intervención, donde hace meses que se debía haber decretado la propuesta de nombramiento para la ocupación de la plaza.
Hasta hace unas semanas el Ayuntamiento ha contado con un interventor, a tiempo parcial, en comisión circunstancial, cedido por la Diputación Provincial, pero desde su marcha el puesto ha estado vacante. Esta inestabilidad en la ocupación del puesto de Intervención repercute en el funcionamiento del Ayuntamiento y del municipio, ya que hay que pagar a proveedores, aún no se ha dictaminado ni aprobado la Cuenta General del Presupuesto de 2019, ni se ha comenzado a elaborar el presupuesto del próximo ejercicio, con el consiguiente perjuicio para la ciudadanía pozoalbense.
Pero donde se están dando las situaciones más surrealistas es en el Departamento de Obras y, sobre todo, en una obra como la remodelación del entorno del Risquillo. Las obras, que tenían que haber finalizado el 31 de diciembre pasado (cosa que hará que el Consistorio tenga que devolver parte de la subvención que la Diputación Provincial concedía para la obra), se alargan en el tiempo por la falta de planificación y los cambios de parecer de Santiago Cabello. El proyecto, en un principio, no contemplaba jardineras en la parte derecha del entorno y las escalinatas simplemente se iban a empedrar con piedra no deslizante. Así, el proyecto original ha sido modificado varias veces, según los antojos del alcalde que tiene asesores personales que no son los empleados del Ayuntamiento y que se guía únicamente por lo que le indican sus palmeros. También van a volver a levantarse parte de la escalinata empedrada, lo que supondrá un nuevo gasto superfluo para las arcas municipales y una demora en la finalización de la obra. Para más inri, en esta contrarreforma de la reforma del Risquillo, se ha contratado a dos oficiales y dos peones saltándose las bases de la bolsa de trabajo a la hora de contratar a los oficiales.
Desde que el alcalde se decidió también a actuar como arquitecto, dando instrucciones directamente a maestros y albañiles, alterando proyectos que él mismo había aprobado, se han sucedido situaciones kafkianas. Por poner algunos ejemplos, la remodelación que se está llevando a cabo en la calle Fernández Franco, en la zona aledaña al Círculo de Bellas Artes, ha sufrido modificaciones y contra modificaciones, como consecuencia de la injerencia e indicaciones del propio alcalde a los albañiles, a los que ha señalado por dónde debía ir el acerado.
De igual forma, la construcción de unos servicios debajo de las gradas de la tribuna del campo de fútbol del Polideportivo Municipal y las diferencias suscitadas con los técnicos ha llevado a situaciones absurdas como que el alcalde mandara a la Policía Local a precintar sus propias obras municipales.
Para el portavoz de Izquierda Unida, Santiago Cabello tiene que dejar de culpar a las/los técnicos y cubrir los puestos vacantes que hay en la plantilla y rentabilizar los efectivos. Esta falta de criterio y de responsabilidad ha hecho que se destine a un funcionario, que se incorporaba tras una baja por incapacidad temporal, a un lugar donde no hay condiciones, ni materiales ni higiénicas, para desempeñar su trabajo. Para colmo, después se le ha destinado al estacionamiento de vehículos pesados, centro donde ya hay cinco personas (vía convenio PRODE), por lo que el funcionario no tiene nada que hacer, suponiendo un gasto innecesario y un despilfarro para el Ayuntamiento.
Para finalizar, desde Izquierda Unida se asegura que el problema es Santiago Cabello y su afán de protagonismo, no los funcionarios, a los que culpa de sus males e intenta desprestigiar cuando las cosas no salen como él quiere, como hizo en el pasado pleno del mes de septiembre. Esta postura del primer edil está provocando crispación y tensión, llevando al Ayuntamiento de Pozoblanco a un desbarajuste e inmovilismo no visto nunca hasta ahora.
Pozoblanco 22 de octubre de 2020