Hace falta:
- Modernizar las redes actuales y sus acometidas (muchas aún de plomo y fibrocemento).
- Ampliar una red de abastecimiento insuficiente que no garantiza presiones suficientes.
- Hacer una red mallada y no ramificada para que cuando se produzcan averías no perjudicar a un gran sector de la población.
La remunicipalización es una tendencia derivada de entender el agua potable como derecho humano esencial, no como negocio. En aplicación de este derecho humano el agua no debe de tratarse como un bien comercial. Esto se traduce en medidas concretas, como garantizar una dotación mínima y el compromiso de no cortar el suministro en casos de impago justificados socialmente.
En los últimos 15 años se han dado más de 235 casos de remunicipalización en 37 países de todo un mundo como Atlanta e Indianápolis en Estados Unidos, París, Berlín o Budapest en Europa o Buenos Aires y la Paz en América. También existen casos en España como Lucena, Medina sidonia, Torrelavega o los 22 pueblos de la provincia de Sevilla agrupados en Aguas del Huesna.
Además, las mejoras sociales, los costes económicos cuando el agua es pública son menores. Estamos en condiciones de decidir el modelo de gestión que queremos para el futuro. Es el momento que el pueblo opine y decida lo que más le interesa, pues el ciclo integral del agua es un bien de primera necesidad.